SEPTIMVS CARMEN

Me llamas bella y me nombras atemporal
mientras dices que no eres de verbo elocuente
cuando nunca el lenguaje de los cuerpos
sublimó su materia a tan alto nivel
lingüístico, penetrante, vital, ardiente,
tan colmado de puro amor a flor de piel
que docto alteras toda mi expresión oral.

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Necesito la alquimia de tu mente brillante,

el calor carnal de tu vital aliento

y la pasión de tu corazón salvaje:
para poder existir siempre libre a tu lado,

mézclame con tus manos habilidosas

hasta ensalzar el color de mi paisaje.

Tú traduces el amor en indómito tacto

que desarrolla dimensiones tan ilimitadas,

que faltan ejes, coordenadas y lenguajes

por inventar para poder expresarlo.

Contigo tiendo al infinito,

mi ser es intensa mixtura

de entrópicos sentimientos

que surgen sorprendidos

de aquella terrible tumba

que era yo antes de amarte.

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tu abrazo me viene a la mente como una emoción de belleza envolvente, como dos entes que se fusionan en una sola llamarada vital e increíble...

Hoy existo sumergida contigo

en un mar profundo y revelador

de mundos nuevos llenos de color

siendo yo misma paraje y testigo

deslumbrado, embelesada al abrigo

del tacto lascivo y embriagador

con que envuelves, sutil y acogedor,

el nuevo corazón que te prodigo.

Eres dulce remanso de mis aguas

desbordadas sin piedad ni mesura

por tu mente, tus manos y tu boca. 

Soy forja, brasa y yunque en el que fraguas,

a descargas de amor, tierna armadura

de batalla que a rendición convoca.

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Perdóname...

                                                                                              "Te amo, sí ¡Perdóname mi amor!"
                                                                                                                                     R.Tagore


No me pidas nunca que no te ame aunque un día te alejes libre entre la niebla,
yo acallaré mi canto para que no te moleste y seguiré mi camino,
te amaré en silencio y en la piel de otros seres imaginando tu presencia
y evocando cada instante vivido entre tus brazos.

No me pidas nunca que no llore feliz cuando me traspasas el alma con tus caricias,
no es malo que las lágrimas afloren como ríos de emociones desbordantes
ante el regalo vital e impresionante de tu amor generoso, oh, fortuna mía,
eres la bendición que redime mis heridas a veces aún abiertas.

No me pidas nunca que no me preocupe por tu persona inmensa e intensa,
que no desee compartir contigo vida, alegría, amor, dolor y muerte,
yo respetaré fielmente tu libertad decidida contra toda consecuencia
y tendrás mi mano como firme asidero y compañía para siempre.


Por todo y más, por esta locura de atreverme a amar, a llorar, a sufrir,
pero sobre todo a ser felices, a sentirnos y a vivirnos sin demora,
amor, perdóname,
amor, complétame,
amor, disfrútame...

Y sabe que te amo.

DownTown