martes, 4 de diciembre de 2012


  Hoy amanece con placidez temprana mi corazón embebido de tu calor en la distancia y resucito al mundo más serena que nunca. Te imagino vestido, desnudo, en pijama y en mis brazos. Te pienso hablando, callado, riendo y extasiado en un suspiro. Tu voz resuena en el silencio matutino como un dulcísimo eco en mi cabeza, tu mirada se despliega en sus facetas de travieso, lascivo, romántico y de niño bueno conminándome a seguir ensoñándote. Y me deslizo por tu cuello con la memoria de mis labios repasando cada rincón de tu anatomía y revivo las sensaciones que despiertan en tu piel tan sensible como arrobada en el éxtasis que muestras ante mí cuando te amo palmo a palmo. Tu imagen impactada en mis ojos celebra en mi cuerpo la fiesta que supone tu persona descargando un relámpago desde mi vientre (ese cúmulo de sensaciones en el que te perderías toda la vida) hasta mi cerebro dejando una huella de excitación que humedece mi sexo y me conmina al deseo más carnal.
Sólo quería decirte buenos días, amor, te amo

DownTown

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