Tu solo pensamiento es una provocación
respingona desde mi sexo a mi cerebro
o tal vez al revés, qué me importa,
sólo sé que en cualquier caso lo celebro
en toda su extensión, retracción, convulsión,
acción y contracción, pasando como pasas
siempre por mente, cuerpo y corazón,
colmándome hasta un infinito probable
y no buscado, plagado de exquisito requiebro
amoroso y biunívoco de lujuria inigualable.
DownTown
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