He quemado mis naves al calor de tus besos
entre risas felices y gotas de cholula,
mientras surge en nosotros el canto que modula
la voz enamorada de la piel a los huesos.
Nos bebemos la vida como niños traviesos
pues el más dulce caldo por las venas circula
con madurez esbelta, que libre nos vincula,
festejando amorosos cariño y embelesos.
Ciudadanos del mundo, no tenemos frontera,
tú analizas a Sartre, yo a Frankl: su Hombre Doliente,
tú guerrero de sangre, yo vivo en la trinchera,
buscando los caminos de un mundo diferente
he aquí la fortuna de hallarte sin espera,
sin buscar lo que ocurre, que te amo realmente.
DownTown
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